¿QUÉ ES?
Una persona intenta manipularte cuando te sugiere o dice lo que tienes que hacer de tal forma que se beneficie más que tú, cuando percibes amenaza o sientes miedo.
Si estás haciendo algo contra tu voluntad, tus principios, valores o metas, alguien te está manipulando. Se está aprovechando de ti.
La cuestión es especialmente preocupante cuando sientes miedo, culpa o vergüenza. Pero ten cuidado: Podrías estar manipulándote solo.
A lo largo de la vida nos encontramos con multitud de problemas.
Algunos podemos resolverlos por nosotros mismos pero otros no pueden afrontarse sin ayuda de otras personas. Conseguirla es, en muchas ocasiones, difícil.
Aunque todos estamos más o menos dispuestos a echar una mano a una persona que tiene problemas, tenemos una disponibilidad limitada. Suele darse una dificultad adicional cuando quien se encuentra en el aprieto está convencido de que las cosas "deberían" ser como él piensa y los demás "deberían" forzosamente ayudarle a resolver el asunto. Se crea el caldo para la manipulación.
Aunque todos estamos más o menos dispuestos a echar una mano a una persona que tiene problemas, tenemos una disponibilidad limitada. Suele darse una dificultad adicional cuando quien se encuentra en el aprieto está convencido de que las cosas "deberían" ser como él piensa y los demás "deberían" forzosamente ayudarle a resolver el asunto. Se crea el caldo para la manipulación.
Para que haya manipulación es necesaria una relación asimétrica entre, al menos, dos personas. Es asimétrica porque una predominantemente da, y la otra predominantemente recibe, uno gana y el otro pierde.
Aunque el manipulador puede ser siempre el mismo, no es infrecuente que el proceso sea cíclico, de tal forma que los papeles se alternen entre los dos integrantes de la relación.
Las tácticas que se emplean son asombrosamente simples, tanto que se pueden resumir en sólo tres estrategias generales: Amenazar, criticar o inhibirse. También son muy eficaces.
El miedo, la culpa o la vergüenza que generan son capaces de movilizar a prácticamente todos los seres humanos en la dirección requerida por el manipulador, bien directamente, o bien como protesta ante su acción.
Suele ser difícil darse cuenta de que uno está siendo sometido a manipulación. Puede notar que se siente culpable, que está haciendo lo que la otra persona quiere por miedo, tener extrañas molestias físicas o incluso ataques de pánico... pero tal vez no descubra que están relacionados con que está renunciando a sus valores, principios y objetivos para satisfacer los de otra persona de su entorno.
Suele ser difícil darse cuenta de que uno está siendo sometido a manipulación. Puede notar que se siente culpable, que está haciendo lo que la otra persona quiere por miedo, tener extrañas molestias físicas o incluso ataques de pánico... pero tal vez no descubra que están relacionados con que está renunciando a sus valores, principios y objetivos para satisfacer los de otra persona de su entorno.
Un buen truco para detectar la manipulación y saber quién te manipula es analizar lo que sientes cuando estás con esa otra persona. ¿Miedo? ¿Culpa? ¿Vergüenza? ¿Aprensión? ¿Inseguridad? ¿Repulsión? ¿Pensar que eres un imbécil o un inútil? ¿Intenso afecto inmotivado? Una relación normal no debe producirte emociones negativas, todo lo más neutras, y sentimientos demasiado positivos (no de enamoramiento) con alguien a quien acabas de conocer son sospechosos.
También puedes analizar lo que haces. ¿Es eso lo que querrías hacer en ese momento? Si te pagan por ello, tienes una justificación.
Pero este no suele ser el caso en los manipuladores, ya que si estuviesen dispuestos a gastarse el dinero que cuestan tus servicios no necesitarían aprovecharse de ti.
¿Es eso contrario a tus valores, principios, expectativas?
Nadie hace algo contra sí mismo si no está muy presionado por el ambiente.
Si es así, ¿a quién beneficia? Ese es el manipulador.
Ese, o quien mueve sus hilos en la sombra.
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